Durante
diecinueve años he esperado con mucha expectativa la celebración de las fiestas
del otoño: Fiesta de las Trompetas, Día de Expiación y Fiesta de Tabernáculos.
La mayoría de las veces las he visto como un tiempo de preparación para recibir
revelación adicional del Espíritu de Dios para estos eventos.
A lo largo
de este tiempo hemos crecido en entendimiento acerca de los tiempos finales. En
esta ocasión las cosas han sido diferentes. Siempre hay algo qué aprender de
las fiestas. Sin embargo, este año lo percibo como que los eventos que se darán
en estas fechas, están empañando el verdadero sentido de la celebración. Hay una acumulación de eventos a los días de
asamblea santa, que pareciera que se están encargando de borrar, tapar, esconder,
robar la posibilidad de ser bendecidos por las puertas que se abren durante
estas citas divinas convocadas por YHVH. Se ha levantado en este año un
espíritu que obviamente es de las tinieblas que está intentando robarnos las
fiestas, la revelación que hay en ellas, y la preparación para llegar a ellas.
Espiritualmente hablando puedo ver caos, batalla, miedo, y estrés acercándose
en estos próximos tiempos de fiesta. Nunca había visto el grado de oposición espiritual
de las tinieblas que se ha levantado para estas fechas. El ataque es tan grande
y tan violento que tiene aristas gigantes militares, económicas, climáticas,
paranormales, y hasta espaciales. En todo sentido los efectos globales se están
dejando sentir como nunca. Encima de todo, hay señales en el cielo ocurriendo
como son el eclipse solar en el polo sur el 1 de Tishri y la Luna de Sangre el
15 de Tishri. Esta última es la cuarta Luna de Sangre de la Tétrada anunciada.
Es un tiempo de Celebrar. Sin embargo, hemos sido inducidos bajo un espíritu de
miedo y terror para estos días.
Para mi es
evidente que se está librando una batalla espiritual nunca vista la cual me
alerta más que nunca. La trompeta está sonando. El espíritu de ELIAS esta
advirtiendo que entremos en el tiempo de arrepentimiento. Que nos arrepintamos
no solo de nuestros pecados, sino también de nuestros propios caminos. Esto es
corregir nuestros caminos y entrar en los caminos de YHVH, ya que en ellos
estaremos a salvo.
Verdaderamente
son tiempos excepcionales y estamos invitados a ser partícipes de ellos en
testimonio y acción. Ahora es cuando veremos cosas impresionantes que ojo no ha
visto ni oído oído. Que bendición es este tiempo y qué privilegio que YHVH nos
permita vivirlos. El Reino de los Cielos se ha acercado.