1. Llegó el “Día de Expiación”. Décimo día de los “Días Temibles”.
Lev 16:30 porque en este día se hará expiación por vosotros para que seáis limpios; seréis limpios de todos vuestros pecados delante del SEÑOR.
Lev 23:27-32 A los diez días de este séptimo mes será el día de expiación; será santa convocación para vosotros, y humillaréis vuestras almas y presentaréis una ofrenda encendida al SEÑOR. (28) Tampoco haréis ningún trabajo en este día, porque es día de expiación, para hacer expiación por vosotros delante del SEÑOR vuestro Dios. (29) Si alguna persona no se humilla en este mismo día, será cortada de su pueblo. (30) Y a cualquier persona que haga trabajo alguno en este mismo día, a esa persona la exterminaré de entre su pueblo. (31) No haréis, pues, trabajo alguno. Estatuto perpetuo será para vuestras generaciones dondequiera que habitéis. (32) Será día de completo reposo para vosotros, y humillaréis vuestras almas; a los nueve días del mes por la tarde, de una tarde a otra tarde, guardaréis vuestro reposo.
Num 29:7-11 "El décimo día de este mes séptimo tendréis santa convocación y os humillaréis; no haréis ningún trabajo. (8) "Y ofreceréis al SEÑOR un holocausto como aroma agradable: un novillo, un carnero, siete corderos de un año, sin defecto; (9) y su ofrenda de cereal, flor de harina mezclada con aceite: tres décimas de un efa por el novillo, dos décimas por el carnero, (10) una décima por cada uno de los siete corderos; (11) y un macho cabrío como ofrenda por el pecado, además de la ofrenda de expiación por el pecado y del holocausto continuo, de su ofrenda de cereal y de sus libaciones.
2. Es último día del período de teshuvá/ arrepentimiento.
4. Suena el Shofar para anunciar el año del Jubileo
Lev 25:8-13 "Contarás también siete semanas de años para ti, siete veces siete años, para que tengas el tiempo de siete semanas de años, es decir, cuarenta y nueve años. (9) "Entonces tocarás fuertemente el cuerno de carnero el décimo día del séptimo mes; en el día de la expiación tocaréis el cuerno por toda la tierra. (10) "Así consagraréis el quincuagésimo año y proclamaréis libertad en la tierra para todos sus habitantes. Será de jubileo para vosotros, y cada uno de vosotros volverá a su posesión, y cada uno de vosotros volverá a su familia. (11) "Tendréis el quincuagésimo año como año de jubileo: no sembraréis, ni segaréis lo que nazca espontáneamente, ni vendimiaréis sus viñas sin podar. (12) "Porque es jubileo, os será santo. De lo que produzca el campo, comeréis. (13) "En este año de jubileo cada uno de vosotros volverá a su propia posesión.
5. Abraham prepara a Isaac en el altar del Monte Moriá.
Pirke de-Rabbi Eliezer; Akedat Yizhak, Asarah Maamarot 3
Pirke de-Rabbi Eliezer; Akedat Yizhak, Asarah Maamarot 3
6. Jacob es informado de la muerte de José
Libro de los Jubileos
34:15 Y en aquel día Bilha se enteró de que José había muerto, y murió en el duelo de él, y ella vivía en Qafratef, y Dina también, su hija, falleció después de que José había muerto.
34:16 Y vino estos tres duelos a Israel en un mes. Y sepultaron Bilha enfrente de la tumba de Raquel, y Dina también, su hija, fue enterrada allí.
34:17 Y lloró por José un año, y no cesaron, pues dijo: "Déjenme ir a la tumba de duelo por mi hijo '.
34:18 Por esta razón, es ordenado para los hijos de Israel de que deben afligirse en el décimo día del séptimo mes cuando Jacob su padre se enteró de su muerte y que le hizo llorar por José - y que deben hacer expiación por ellos al respecto con un cabrito en el décimo del séptimo mes, una vez al año, por sus pecados, porque había llorado el afecto de su padre con respecto a José, su hijo.
34:16 Y vino estos tres duelos a Israel en un mes. Y sepultaron Bilha enfrente de la tumba de Raquel, y Dina también, su hija, fue enterrada allí.
34:17 Y lloró por José un año, y no cesaron, pues dijo: "Déjenme ir a la tumba de duelo por mi hijo '.
34:18 Por esta razón, es ordenado para los hijos de Israel de que deben afligirse en el décimo día del séptimo mes cuando Jacob su padre se enteró de su muerte y que le hizo llorar por José - y que deben hacer expiación por ellos al respecto con un cabrito en el décimo del séptimo mes, una vez al año, por sus pecados, porque había llorado el afecto de su padre con respecto a José, su hijo.
7. El Señor se reconcilia con Israel al respecto del pecado del Becerro de Oro.
Exo 34:1-35 Y el SEÑOR dijo a Moisés: Lábrate dos tablas de piedra como las anteriores, y yo escribiré sobre las tablas las palabras que estaban en las primeras tablas que tú quebraste. (2) Prepárate, pues, para la mañana, y sube temprano al monte Sinaí, y allí preséntate a mí en la cumbre del monte. (3) Y que no suba nadie contigo, ni se vea a nadie en todo el monte; ni siquiera ovejas ni bueyes pasten delante de ese monte. (4) Moisés, pues, labró dos tablas de piedra como las anteriores, se levantó muy de mañana y subió al monte Sinaí, como el SEÑOR le había mandado, llevando en su mano las dos tablas de piedra. (5) Y el SEÑOR descendió en la nube y estuvo allí con él, mientras éste invocaba el nombre del SEÑOR. (6) Entonces pasó el SEÑOR por delante de él y proclamó: El SEÑOR, el SEÑOR, Dios compasivo y clemente, lento para la ira y abundante en misericordia y fidelidad; (7) el que guarda misericordia a millares, el que perdona la iniquidad, la transgresión y el pecado, y que no tendrá por inocente al culpable ; el que castiga la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos hasta la tercera y cuarta generación. (8) Y Moisés se apresuró a inclinarse a tierra y adoró, (9) y dijo: Si ahora, Señor, he hallado gracia ante tus ojos, vaya ahora el Señor en medio de nosotros, aunque el pueblo sea de dura cerviz; y perdona nuestra iniquidad y nuestro pecado, y tómanos por posesión tuya. (10) Y Dios contestó: He aquí, voy a hacer un pacto. Delante de todo tu pueblo haré maravillas que no se han hecho en toda la tierra ni en ninguna de las naciones; y todo el pueblo en medio del cual habitas verá la obra del SEÑOR, porque es cosa temible la que haré por medio de ti. (11) Observa lo que te mando hoy: he aquí, yo echo de delante de ti al amorreo, al cananeo, al hitita, al ferezeo, al heveo y al jebuseo. (12) Cuídate de no hacer pacto con los habitantes de la tierra adonde vas, no sea que esto se convierta en tropezadero en medio de ti; (13) sino que derribaréis sus altares y quebraréis sus pilares sagrados y cortaréis sus Aseras (14) (pues no adorarás a ningún otro dios, ya que el SEÑOR, cuyo nombre es Celoso, es Dios celoso) (15) no sea que hagas pacto con los habitantes de aquella tierra, y cuando se prostituyan con sus dioses y les ofrezcan sacrificios, alguien te invite y comas de su sacrificio; (16) y tomes de sus hijas para tus hijos, y ellas se prostituyan con sus dioses, y hagan que también tus hijos se prostituyan con los dioses de ellas. (17) No te harás dioses de fundición. (18) Guardarás la fiesta de los panes sin levadura. Según te he mandado, por siete días comerás panes sin levadura en el tiempo señalado en el mes de Abib, porque en el mes de Abib saliste de Egipto. (19) Todo primer nacido de matriz me pertenece, y de todo ganado tuyo, el primer nacido de vaca y de oveja, que sea macho. (20) Redimirás con una oveja el primer nacido de asno; y si no lo redimes, quebrarás su cerviz. Redimirás a todo primogénito de tus hijos; y nadie se presentará ante mí con las manos vacías. (21) Seis días trabajarás, mas en el séptimo día descansarás; aun en el tiempo de arar y de segar, descansarás. (22) También celebrarás la fiesta de las semanas, es decir, los primeros frutos de la siega del trigo, y la fiesta de la cosecha al final del año. (23) Tres veces al año se presentarán todos tus varones delante de DIOS, el Señor, Dios de Israel. (24) Porque yo expulsaré a las naciones de tu presencia y ensancharé tus fronteras, y nadie codiciará tu tierra cuando subas tres veces al año a presentarte delante del SEÑOR tu Dios. (25) No ofrecerás la sangre de mi sacrificio con pan leudado, ni se dejará nada del sacrificio de la fiesta de la Pascua hasta la mañana. (26) Traerás a la casa del SEÑOR tu Dios las primicias de los primeros frutos de tu tierra. No cocerás el cabrito en la leche de su madre. (27) Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: Escríbete estas palabras; porque conforme a estas palabras he hecho un pacto contigo y con Israel. (28) Y Moisés estuvo allí con el SEÑOR cuarenta días y cuarenta noches; no comió pan ni bebió agua. Y escribió en las tablas las palabras del pacto, los diez mandamientos. (29) Y aconteció que cuando Moisés descendía del monte Sinaí con las dos tablas del testimonio en su mano, al descender del monte, Moisés no sabía que la piel de su rostro resplandecía por haber hablado con Dios. (30) Y al ver Aarón y todos los hijos de Israel a Moisés, he aquí, la piel de su rostro resplandecía; y tuvieron temor de acercarse a él. (31) Entonces Moisés los llamó, y Aarón y todos los jefes de la congregación volvieron a él; y Moisés les habló. (32) Y después se acercaron todos los hijos de Israel, y él les mandó que hicieran todo lo que el SEÑOR había hablado con él en el monte Sinaí. (33) Cuando Moisés acabó de hablar con ellos, puso un velo sobre su rostro. (34) Pero siempre que Moisés entraba a la presencia del SEÑOR para hablar con El, se quitaba el velo hasta que salía; y siempre que salía y decía a los hijos de Israel lo que se le había mandado, (35) los hijos de Israel veían que la piel del rostro de Moisés resplandecía. Y Moisés volvía a ponerse el velo sobre su rostro hasta que entraba a hablar con Dios.
Deu 9:18 Y me postré delante del SEÑOR como al principio, por cuarenta días y cuarenta noches; no comí pan ni bebí agua, a causa de todo el pecado que habíais cometido al hacer lo malo ante los ojos del SEÑOR, provocándole a ira.
8. El Sumo Sacerdote expía por los pecados del pueblo
Num 16:1-34 Y se rebeló Coré, hijo de Izhar, hijo de Coat, hijo de Leví, con Datán y Abiram, hijos de Eliab, y On, hijo de Pelet, hijos de Rubén, (2) y se alzaron contra Moisés, junto con algunos de los hijos de Israel, doscientos cincuenta jefes de la congregación, escogidos en la asamblea, hombres de renombre. (3) Y se juntaron contra Moisés y Aarón, y les dijeron: ¡Basta ya de vosotros! Porque toda la congregación, todos ellos son santos, y el SEÑOR está en medio de ellos. ¿Por qué, entonces, os levantáis por encima de la asamblea del SEÑOR? (4) Cuando Moisés escuchó esto, cayó sobre su rostro; (5) y habló a Coré y a todo su grupo, diciendo: Mañana temprano el SEÑOR mostrará quién es de El, y quién es santo, y lo acercará a sí; aquel a quien El escoja, lo acercará a sí. (6) Haced esto, Coré y todo vuestro grupo: tomad incensarios para vosotros, (7) y poned fuego en ellos, y echad incienso sobre ellos mañana en la presencia del SEÑOR; y el hombre a quien el SEÑOR escoja será el que es santo. ¡Basta ya de vosotros, hijos de Leví! (8) Entonces Moisés dijo a Coré: Oíd ahora, hijos de Leví. (9) ¿No os es suficiente que el Dios de Israel os haya separado del resto de la congregación de Israel, para acercaros a sí, a fin de cumplir el ministerio del tabernáculo del SEÑOR, y para estar ante la congregación para ministrarles, (10) y que se te ha acercado a ti, Coré, y a todos tus hermanos, hijos de Leví, contigo? ¿Y pretendéis también el sacerdocio? (11) Por tanto, tú y toda tu compañía os habéis juntado contra el SEÑOR; pues en cuanto a Aarón, ¿quién es él para que murmuréis contra él? (12) Entonces Moisés mandó llamar a Datán y a Abiram, hijos de Eliab, pero ellos dijeron: No iremos. (13) ¿No es suficiente que nos hayas sacado de una tierra que mana leche y miel para que muramos en el desierto, sino que también quieras enseñorearte sobre nosotros? (14) En verdad, tú no nos has traído a una tierra que mana leche y miel, ni nos has dado herencia de campos y viñas. ¿Les sacarías los ojos a estos hombres? ¡No iremos! (15) Moisés se enojó mucho y dijo al SEÑOR: ¡No aceptes su ofrenda! No he tomado de ellos ni un solo asno, ni le he hecho daño a ninguno de ellos. (16) Y dijo Moisés a Coré: Tú y toda tu compañía presentaos mañana delante del SEÑOR; tú, ellos y Aarón. (17) Cada uno de vosotros tome su incensario y ponga incienso en él, y cada uno de vosotros traiga su incensario delante del SEÑOR, doscientos cincuenta incensarios; tú también, y Aarón, cada uno traiga su incensario. (18) Y cada uno tomó su incensario y puso fuego en él, y echó incienso en él; y se pusieron a la puerta de la tienda de reunión con Moisés y Aarón. (19) Así reunió Coré a toda la congregación en contra de ellos a la puerta de la tienda de reunión, y la gloria del SEÑOR apareció a toda la congregación. (20) Entonces el SEÑOR habló a Moisés y a Aarón, diciendo: (21) Apartaos de entre esta congregación, para que yo la destruya en un instante. (22) Pero ellos cayeron sobre sus rostros, y dijeron: Oh Dios, Dios de los espíritus de toda carne, cuando un hombre peque, ¿te enojarás con toda la congregación? (23) Entonces respondió el SEÑOR a Moisés, diciendo: (24) Habla a la congregación, y diles: "Alejaos de los alrededores de las tiendas de Coré, Datán y Abiram." (25) Entonces se levantó Moisés y fue a Datán y a Abiram, y le seguían los ancianos de Israel, (26) y habló a la congregación, diciendo: Apartaos ahora de las tiendas de estos malvados, y no toquéis nada que les pertenezca, no sea que perezcáis con todo su pecado. (27) Se retiraron, pues, de los alrededores de las tiendas de Coré, Datán y Abiram; y Datán y Abiram salieron y se pusieron a la puerta de sus tiendas, junto con sus mujeres, sus hijos y sus pequeños. (28) Y Moisés dijo: En esto conoceréis que el SEÑOR me ha enviado para hacer todas estas obras, y que no es iniciativa mía: (29) si éstos mueren como mueren todos los hombres o si sufren la suerte de todos los hombres, entonces el SEÑOR no me envió. (30) Pero si el SEÑOR hace algo enteramente nuevo y la tierra abre su boca y los traga con todo lo que les pertenece, y descienden vivos al Seol, entonces sabréis que estos hombres han menospreciado al SEÑOR. (31) Y aconteció que cuando terminó de hablar todas estas palabras, la tierra debajo de ellos se partió, (32) y la tierra abrió su boca y se los tragó, a ellos y a sus casas y a todos los hombres de Coré con todos sus bienes. (33) Ellos y todo lo que les pertenecía descendieron vivos al Seol; y la tierra los cubrió y perecieron de en medio de la asamblea. (34) Y todos los israelitas que estaban alrededor de ellos huyeron a sus gritos, pues decían: ¡No sea que la tierra nos trague!
9. Se celebra el tercer día de los siete días de la dedicación del templo de Salomón.
2Cro 7:9-10 Y al octavo día tuvieron una asamblea solemne; porque habían celebrado la dedicación del altar por siete días y la fiesta por siete días. (10) Entonces, el día veintitrés del mes séptimo, Salomón envió al pueblo a sus tiendas, gozosos y alegres de corazón por el bien que el SEÑOR había mostrado a David, a Salomón y a su pueblo Israel.
10. Los ninivitas se arrepienten después de los 40 días de ayuno.
Jon 3:1-10 Vino palabra del SEÑOR por segunda vez a Jonás, diciendo: (2) Levántate, ve a Nínive, la gran ciudad, y proclama en ella el mensaje que yo te diré. (3) Y Jonás se levantó y fue a Nínive conforme a la palabra del SEÑOR. Y Nínive era una ciudad sumamente grande, de un recorrido de tres días. (4) Jonás comenzó a recorrer la ciudad camino de un día, y proclamaba, diciendo: Dentro de cuarenta días Nínive será arrasada. (5) Y los habitantes de Nínive creyeron en Dios, y proclamaron ayuno y se vistieron de cilicio desde el mayor hasta el menor de ellos. (6) Cuando llegó la noticia al rey de Nínive, se levantó de su trono, se despojó de su manto, se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza. (7) E hizo proclamar y anunciar en Nínive, por decreto del rey y de sus grandes, diciendo: Ni hombre ni bestia, ni buey ni oveja prueben cosa alguna; no pasten ni beban agua, (8) sino cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios con fuerza, y vuélvase cada uno de su mal camino y de la violencia que hay en sus manos. (9) ¡Quién sabe! Quizá Dios se vuelva, se arrepienta y aparte el ardor de su ira, y no perezcamos. (10) Y vio Dios sus acciones, que se habían apartado de su mal camino; entonces se arrepintió Dios del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo.
11. Ezequiel mide el futuro Templo
Eze 40:1-10 En el año veinticinco de nuestro destierro, al principio del año, a los diez días del mes, catorce años después de haber sido tomada la ciudad, en aquel mismo día vino sobre mí la mano del SEÑOR, y me llevó allá. (2) En visiones de Dios, El me llevó a la tierra de Israel y me puso sobre un monte muy alto, sobre el cual, hacia el sur, había una construcción parecida a una ciudad. (3) Me llevó allá; y he aquí, había allí un hombre cuyo aspecto era semejante al bronce, con un cordel de lino y una caña de medir en la mano, y estaba de pie en la puerta. (4) Y el hombre me dijo: Hijo de hombre, mira con tus ojos, oye con tus oídos y presta atención a todo lo que te voy a mostrar; porque para mostrártelo has sido traído aquí. Declara todo lo que ves a la casa de Israel. (5) Y he aquí, por el exterior del templo había un muro, todo alrededor, y en la mano del hombre había una caña de medir de seis codos (cada codo de un codo y un palmo menor). Midió el espesor del muro, y tenía una caña; y la altura, una caña. (6) Entonces fue a la puerta que miraba al oriente, subió las gradas, y midió el umbral de la puerta, y tenía una caña de ancho, y el otro umbral, una caña de ancho. (7) La cámara tenía una caña de largo y una caña de ancho; y entre las cámaras había cinco codos; el umbral de la puerta junto al vestíbulo de la puerta hacia el interior tenía una caña de fondo . (8) Entonces midió el vestíbulo de la puerta, hacia el interior, y tenía una caña. (9) Midió el vestíbulo de la puerta, y tenía ocho codos, y sus pilares, dos codos. Y el vestíbulo de la puerta estaba hacia el interior. (10) Las cámaras de la puerta hacia el oriente eran tres por cada lado; las tres tenían la misma medida. Los pilares a cada lado tenían también la misma medida.
12. Jesús celebra su último día de ayuno de 40 días en el Día de Expiación.
13. Pablo recordó este día navegando en las costas de Asia.
Hechos 27:9 Cuando ya había pasado mucho tiempo y la navegación se había vuelto peligrosa, pues hasta el Ayuno había pasado ya, Pablo los amonestaba…
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